De acuerdo con el feng shui (el arte y la ciencia de la organización y diseño de entornos, para mejorar el flujo de la energía y generar un ambiente armónico), el desorden puede afectar la armonía de tu hogar.
El desorden es un indicio de que algo no anda bien con tus emociones; refleja desorden en tu mundo interior, confusión, falta de estructuración y de definiciones. Y tiene diferentes significados, según el lugar de la casa donde se presente.
- Entrada de la casa: Indica un profundo temor a relacionarte con otras personas, debido a la inseguridad.
- Sala: Es el lugar donde se recibe a los invitados, así que refleja inseguridad en tus relaciones y miedo al rechazo.
- Escritorio o lugar de trabajo: Es un indicio de miedos y frustraciones, falta de seguridad propia y falta de control sobre decisiones futuras importantes.
- Cocina: Hace referencia a una persona algo frágil o inconforme con su situación general actual.
- Sobre la mesa: Los objetos amontonados encima de ella suelen mostrar sofocación por las exigencias del hogar y la familia.
- Roperos y cajones: Refleja dificultad para manejar tus sentimientos y emociones más profundos.
- Debajo de los muebles: Este tipo de desorden indica que le das mucha importancia a la opinión de los demás sobre ti, tu vida y tus acciones.
- Detrás de las puertas: Es una expresión del miedo a ser rechazado por los demás y, también, de la sensación de ser vigilado.
- Patio: Implica temor a lo nuevo y falta de habilidad para actualizarte.
- Pasillos: Significa miedo a expresarte claramente para decir lo que piensas y deseas.
- En todos lados: Cuando tu casa en general luce desordenada, indica ira retenida y apatía por la vida en general.
Por otro lado, el tipo de cosas que acumulas en tu desorden también tienen un significado.
Acumular cosas nuevas o que has usado muy poco indica que sueles hacer demasiadas cosas a a la vez, no te enfocas por completo en ninguna y las dejas inconclusas. Organizar este tipo de desorden te ayuda a ser una persona más centrada y efectiva en tu vida diaria.
Acumular cosas viejas, como objetos de tu infancia, objetos que pertenecían a generaciones previas de tu familia o que no has usado en mucho tiempo, es reflejo de que vives en una añoranza del pasado y que éste domina tu presente. Esto te impide avanzar y evita que nuevas oportunidades y personas entren en tu vida.
¿Cómo evitar el desorden?
Si bien no se trata de que la pulcritud y el orden excesivo dominen tus espacios, ya que esto significaría que tienes algún tipo de trastorno obsesivo compulsivo, lo que sí es necesario es que tu casa sea un lugar agradable para ti, donde te dé gusto llegar y estar, y donde no debas mover montañas de cosas ni poner todo patas arriba para encontrar lo que necesitas.
Para lograr esto, es importante que hagas una limpieza general y separes los objetos en tres categorías: los que sirven y usas regularmente, los que no usas y están en buen estado, y los que ya no sirven.
Además, coloca aparte las cosas que te han prestado y no has devuelto para que las regreses a sus dueños lo antes posible.
Sé honesto y en el primer grupo quédate sólo con lo que de verdad te es útil y necesario. Todo lo que no hayas usado en 1 año o más, es porque ya no lo necesitas.
Una vez que hayas separado todo, guarda lo que vas a conservar en el lugar que le corresponde y de forma ordenada. Cada cosa debe tener su lugar: los medicamentos, los papeles, los libros, la ropa, los zapatos y accesorios, etcétera.
Al tener cada tipo de objetos en su sitio, te será más fácil encontrarlos cuando los necesites y guardarlos cuando termines de usarlos. Así, te será más sencillo mantener el orden.
Luego, coloca en cajas o bolsas lo que no usas pero está en buen estado y dónalo o haz una venta de garage.
Finalmente, en otras cajas o bolsas coloca lo que ya no sirve y deséchalo (recuerda separar los materiales reciclables y los electrónicos para deshacerte de tu basura adecuadamente).
El último paso es ver esa limpieza y organización de tus espacios como una limpieza también de tu mente y de tus emociones. En estos aspectos también debes aplicar el desapego, para poder deshacerte de lo que ya no te sirve.
Deja ir rencores, relaciones, emociones e ideas que ya no encajan en tu momento actual. Libérate de las ataduras del pasado y deja de cargar con ese lastre. Enfócate en el presente y mantén una actitud receptiva para todo lo nuevo que esté por llegar a tu vida.
Por Sandra Nieto