A la inflamación del intestino grueso que provoca dolor abdominal y distensión que en ocasiones es constante y otras intermitente, se le llama colitis.
Este padecimiento puede ser provocado por diferentes factores, por ello su tratamiento y diagnóstico varían en cada persona.
Factores principales
Es importante tomar en cuenta el factor genético en los pacientes que presentan colitis, ya que aquellos pacientes que tienen un familiar directo con diagnóstico de colitis, tienen un riesgo aumentado de 3 a 20 veces de padecer la enfermedad.
Asimismo, es importante conocer el factor nutricional en este rubro de pacientes ya que pueden presentar deficiencias de vitaminas hidrosolubles y liposolubles, antioxidantes y minerales.
Tipos de colitis
Existen diferentes tipos de esta inflamación, entre ellos están la colitis ulcerosa, en la cual el revestimiento del intestino grueso resulta inflamado. La colitis de Crohn, en el que se inflaman partes del tubo digestivo; la asociada al uso de medicamentos y la tóxica.
Asimismo, existen otras presentaciones de colitis, como la diverticulosis/diverticulitis colónica y la colitis nerviosa, que tiende a prevenirse mediante la modificación de algunos hábitos alimenticios así como con el control del estrés.
Otras causas
Otros factores que pueden causar colitis son las infecciones por virus, los parásitos, las intoxicaciones alimentarias debido a bacterias y los medicamentos que lesionan la mucosa del intestino, así como ciertos alimentos.
El estrés y la ansiedad mal manejados también pueden desencadenar este padecimiento.
Síntomas
Además del dolor abdominal pueden presentarse síntomas como heces con sangre, escalofríos, ganas constantes de tener deposiciones, deshidratación, diarrea, fiebre, pérdida del apetito y debilidad.
Tratamiento
Para evitar complicaciones como ulceraciones, es importante acudir con el médico cuando se tiene algunos de estos síntomas, especialmente, si el dolor abdominal no mejora o si esta área del cuerpo permanece hinchada; si hay sangre en las heces o si tienen una apariencia negra y fétida; o si la diarrea y/o vómitos no desaparecen.
A través de una serie de pruebas, el doctor podrá brindar un diagnóstico acertado, así como un tratamiento acorde con la causa de la enfermedad. En este sentido, el pronóstico del padecimiento depende en gran medida de lo que esté provocando la colitis.
Algunos de los exámenes que se podrían realizar son laboratorios (sangre, heces e incluso inmunológicos); una colonoscopia, en la cual, mediante una sonda flexible se evalúan ciertas áreas del colon y en ciertos casos se toman biopsias; o incluso en pacientes seleccionados ciertos estudios de imagen.